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Segunda Época | Mes DICIEMBRE/2015 | Año 1 | No. 8

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Decreto Bayamo Monumento Nacional, 1936

 

La Ciudad de Bayamo, Monumento Nacional

Emilio Roig de Leuchsenring

El Centro Histórico Urbano de Bayamo: patrimonio nacional a conservar

Alfonso Carulla Figueredo

Monumento de una Nación

Mónica María Ramírez Aguilar

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Decreto Bayamo Monumento Nacional, 1936

Jueves, enero 2 de 1936

PLENO DEL GOBIERNO


JOSE A. BARNET Y VINAGERAS, Presidente Provisional de la República de Cuba,

Hago Saber

Que el Consejo de Secretarios ha aprobado y yo he sancionado lo siguiente:
POR CUANTO: Por Decreto-Ley promulgado por mi predecesor el Presidente Mendieta, se otorgó al pueblo de Mantua el honroso titulo de Monumento Nacional, en atención a su alta significación en nuestras luchas por la libertad.
POR CUANTO: Si ciertamente Mantua tiene tan elevado sentido para nuestra historia patria, no lo es menos que Bayamo es el símbolo por antonomasia del heroísmo, de la abnegación y del patriotismo cubano, cuya sola evocación dice al corazón de nuestro pueblo de noble, generoso y digno tuvo la patria de sus mayores, y que como venerada reliquia debe conservarse para perpetuación del recuerdo de la grandeza de los libertadores que en ella vieron la luz, del valor de los que en ella combatieron con noble desinterés y de los que en ella todo lo sacrificaron.
POR CUANTO: El Gobierno desea honrar en ella la memoria de Carlos Manuel de Céspedes, síntesis de tan excelsas virtudes como acuerdo imborrable de su glorioso paso por la ilustre ciudad que le vio nacer, y que en los comienzos mismos de la lucha emancipadora escribió en Bayamo aquel legado de incomparable valor humano que constituye una de las páginas más altas y luminosas de la Historia de Cuba: su Decreto de Abolición de la Esclavitud.
POR CUANTO: El actual Gobierno, dado lo expuesto, cumple con el deber honroso de declarar a Bayamo MONUMENTO NACIONAL, dictando las demás medidas convenientes para la ejecución de ese acuerdo.
POR TANTO: En uso de las facultades que le están conferidas por la Ley Constitucional de la República, el Consejo de Secretarios resuelve dictar el siguiente:

DECRETO-LEY No. 483

ARTICULO I.- Se confiere a la ciudad de Bayamo, situada en el término municipal del mismo nombre, en la provincia de Oriente, el carácter de Monumento Nacional.
ARTICULO II.- Se crea una Comisión, con carácter honorífico, para que designe las ruinas y lugares de la ciudad de Bayamo que merezcan conservarse en el estado actual y estudie, además, cuantas obras estime necesarias para el mejoramiento de ese municipio.
ARTICULO III.- La Comisión a que se refiere el artículo anterior estará compuesta por el Secretario de Obras Públicas, que la presidirá, un miembro del Consejo de Estado, el Gobernador de la Provincia de Oriente, el Alcalde Municipal de Bayamo, un miembro de la Academia Nacional de Artes y Letras, un miembro de la Asociación Cubana de Ingenieros, un miembro de la Asociación de Arquitectos, un miembro del Consejo Nacional de Veteranos de la Independencia y un miembro de la Asociación Nacional de Emigrados Revolucionarios Cubanos.
ARTICULO IV.- La comisión designada anteriormente tratará de llenar su cometido cuanto antes a fin de que el Gobierno, con vista de su informe, pueda dictar, a la mayor brevedad las disposiciones complementarias de este Decreto-Ley.
POR TANTO: Mando que se cumpla y ejecute el presente Decreto-Ley en todas sus partes.

Dado en el Palacio de la Presidencia, en la Habana, a los treinta días del mes de diciembre de mil novecientos treinta y cinco.
(f) Jorge Luis Echarte.                                                       (f) José A. Barnet.
Secretario de Obras Públicas.
Es copia oficial, que respetuosamente se remite al Sr._____________________ ciudad para su conocimiento, rogándole la mayor divulgación de la misma, a objeto de que el mayor número posible de habitantes de Bayamo conozcan este Decreto-Ley.

Atentamente.
R. V. Ferrer M. N.
2do. Tte. Esc. 16 G. Rural.
Alcalde Municipal de Facto

Fuente: Gaceta Oficial de la República de Cuba. Año 1936

 
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La Ciudad de Bayamo, Monumento Nacional

Emilio Roig de Leuchsenring

 

Si la ciudad de Trinidad ha podido conservar en sus plazas, edificios, calles y rincones las características de las viejas poblaciones coloniales de nuestra patria, Bayamo es la ciudad heroica, revolucionaria y patriótica, por antonomasia, cuna y escenario de los fundadores y protomártires de nuestras luchas de independencia, cuyos hijos, en renunciamiento inigualable, la inmolaron, cual moderna Numancia, en aras del ideal libertador. Por ello, sin bellezas arquitectónicas dignas de aprecio, las ruinas conservadas de la hoguera gloriosa del 12 de enero de 1869 constituyen tesoros inapreciables, al igual que aquellos senderos por donde cruzaron los patriotas revolucionarios al ser tomada por las fuerzas cubanas y los solares en que se levantaron las casas de los máximos caudillos de la gesta del 68.
La Asamblea de Guáimaro, primera Constituyente de nuestra patria, reunida el 10 de abril de 1869, tomó el acuerdo de reconstruir a Bayamo, tan pronto se lograra la constitución de Cuba en Estado independiente y soberano.
La República demoró años en acometer este justísimo empeño patriótico, esta deuda de honor contraída con los opositores, héroes y mártires de nuestra Guerra Grande.
No fue hasta el año 1935 que el Gobierno nacional, por decreto ley número 483, de 30 de diciembre, cumplió “con el deber honroso de declarar a Bayamo Monumento Nacional” rindiendo con ello excepcional homenaje a la abnegación y el sacrificio cubanos y tratando de salvar para la posteridad, esa venerada política, recuerdo perenne “de la grandeza de los libertadores que en ella vieron la luz, del valor de los que en ella combatieron con noble desinterés y de los que en ella todo sacrificaron”.
Por ese decreto se creó una comisión con carácter honorífico para que designase las ruinas y lugares de la ciudad de Bayamo que merecían conservarse en su estado actual y estudiase, además, cuantas obras fuesen necesarias para el mejoramiento de dicho municipio.
Esa comisión quedó integrada por el secretario de Obras Públicas, que la presidía, un miembro del Consejo de Estado, el gobernador de la provincia de Oriente, el alcalde municipal de Bayamo, sendos miembros de la Academia de la Historia y de Artes y Letras, de la Asociación Cubana de Ingenieros, de la de Arquitectos, del Consejo Nacional de Veteranos de la Independencia y de la Asociación Nacional de Emigrados Revolucionarios Cubanos. 
La referida comisión, de la que formaron parte los señores Enrique Ruiz Williams, Carlos Manuel de Céspedes, José A. Sánchez Mouso, José M. Bens Arrarte, Raúl Otero, Juan Miguel Portuondo, Antonio Pardo Suárez, Pérez André, Quintillano Rosabal y Armando Menéndez, rindió oportuno informe recomendado en primer término la ejecución de la obras de saneamiento más urgente, “empezando por el alcantarillado, pavimentación y mejoras de acueducto y amaleconamiento del río, que a su vez, resultará una obra de defensa para dicha ciudad, la cual viene sufriendo la erosión constante de la aguas en grado alarmante…” Estimando “que no se pueden emprender las obras de restauraciones ni monumentales, sin antes haberle dado solución a las obras que se han dejado señaladas.
Como ejemplo típico, citaba la comisión el estado lamentable en que se encontraba la barranca de Mendoza, por donde entraron las huestes libertadoras cuando la toma de la ciudad en el año 1868, convertida en un basurero, cuando en aquellos tiempos era un vado que se podía cruzar a caballo.
En peligro, de inmediata desaparición se encontraba también las ruinas de las residencias de los patriotas revolucionaros, las casa de la familia Céspedes, en una de las cuales nació el “Padre de la Patria”, la de Estrada Palma, Perucho Figueredo, Maceo Osorio y otras. 
Señaló la comisión como uno de los primeros monumentos nacionales a restaurar el cementerio antiguo de Bayamo, así como también la ermita del Indio.
Calculó la comisión que el importe de las obras a realizar, entre las que se señalaban, además de la reconstrucción y restauración de reliquias históricas, la fijación de tarjas, terminación del edificio para la Biblioteca 1868, monumento a Céspedes, construcción de un edificio para la Universidad de Oriente, alcantarillado, pavimentación y mejoras del acueducto, amaleconamiento y defensa contra el río, construcción del Parque Nacional La Demajagua y celebración de un concurso literario y artístico, con otros gastos del jubileo nacional, alcanzaría la suma de $ 750. 000.
En 30 de septiembre de 1936 los señores José María Chacón y Calvo y José M. Bens Arrarte redactaron un proyecto de reglamento para salvar las ruinas gloriosas de la ciudad de Bayamo, que no fue promulgado por el Poder Ejecutivo.
En diciembre de ese mismo año el señor Emilio Garcés, entusiasta luchador en defensa de su ciudad natal, logró que el comité Pro Bayamo y el Ayuntamiento aprobasen un plan de reconstrucción, que tampoco alcanzó viabilización oficial.
La Junta Nacional de Arqueología y Etnología, recogiendo todas esas felices iniciativas, elevó al señor presidente de la República un proyecto de decreto de regimentación del decreto ley que declaró monumento nacional en 1935 la ciudad de Bayamo, el cual fue promulgado por el señor presidente de la República, asistido del Consejo de Ministros, en 21 de septiembre de 1944, y en cuyo decreto se adoptan las siguientes resoluciones:
La declaración de la ciudad de Bayamo monumento nacional, efectuada por decreto ley de 30 de diciembre de 1935, gozará de todas las consecuencias que para los monumentos nacionales establece el decreto 1932, de 16 de junio 1944, considerándose por tanto, como tales monumentos los siguientes inmuebles:
a) Las casas donde nacieron o en las que residieron los próceres de la independencia y otras figuras ilustres de Bayamo, como son las de Carlos Manuel de Céspedes, Pedro Figueredo Cisneros, Francisco Vicente Aguilera, Francisco Maceo Osorio, José Antonio Saco, Ramón Céspedes Fornaris, Joaquin Infante, Juan Clemente Zenea, José Carlos Milanés, Manuel de José Estrada, Tomás Tamayo, Manuel Roblejo, Joaquín Acosta, José María Izaguirre, Juan Luis Pacheco, José Fornaris, Pbro. Diego José Batista, Eduardo Yero Buduen, José Joaquín Palma, Tristan de Jesús Medina, Luis Bello, Esteban Estrada, José Cedeño, Rodrigo Tamayo, Manuel Muñoz, Juaquín Estrada, Lucas del Castillo, Francisco de León Tamayo, José Fernández de Castro, Paulita Téllez, Ursula Céspedes de Escanaverino, Fernando Figueredo Socarrás, Manuel de Socorro Rodríguez y Jácome Milanés.
b) La iglesia de San Salvador, muy íntimamente unida con las vicisitudes de la contienda; la iglesia de la Luz, el convento de Santa Domingo y la capilla de Dolores; el Hospital de San Roque: el convento de San Francisco; el inmueble de la cruz verde; la torre de Zaragoitía; el Cuartel General; el antiguo Ayuntamiento; el inmueble de la Sociedad Filarmónica y la casa donde estableció su cuartel el año 1898 el general Calixto García Iñiguez.
c) El antiguo cementerio de la ciudad de Bayamo y las tumbas de los hijos ilustres que en él se encuentran; el cementerio de San Juan; el cementerio de Santa Ana y los cementerios de la guerra de independencia que se hallan dentro del término municipal.
d) Los lugares históricos de la ciudad de Bayamo; la plaza parque de la Revolución, que deberá ser restaurada junto con sus obras de jardinería; el monumento al “Padre de la Patria” y otras obras de arte; el lugar por donde comenzó el incendio de la ciudad de Bayamo, que deberá ser rescatado para la posteridad; el lugar donde se levantó la barricada de los bomberos; las barrancas o entradas de la ciudad por donde penetraron en 1868, las fuerzas libertadoras, la de Mendoza, la de Luz, la de Lizama y la de Santa Ana; y el lugar, con el monumento donde fue fusilado el Comandante Pío Rosado.
e) Los Lugares históricos fuera de la ciudad; de San Lorenzo, La Ceiba, Santa Isabel, Las Mangas, El Dátil, Cauto, Guisa, Guamá, Barrancas y Yara, los que serán demarcados por la Junta Nacional de Arqueología y Etnología.
f) Los monumentos naturales o campos donde tuvieron lugar las batallas de Babatuba, Punta Gorda, Peralejo, el Guanábano, el Guabeque, Melones, Caonao y Jaruco, cuya demarcación realizará también la Junta Nacional de Arqueología y Etnología.
La Junta Nacional de Arqueología y Etnología velará por la conservación de los monumentos nacionales e inmuebles y bienes muebles u obras de arte de los mismos así como la de los lugares históricos, y pondrá el Estado todas aquellas medidas pertinentes para la mejor conservación de estos propósitos y recomendará, a su vez, las obras de  restauración, saneamientos y embellecimientos que sean que sean necesarios verificar en la ciudad de Bayamo.
Los efectos de la declaratoria de los monumentos nacionales citados en el artículo I, comprenderán las servidumbres estéticas inherentes a los mismos y la conservación de dichos monumentos, iglesias, edificios del Estado y del Municipio, calles y plazas de interés histórico y artístico situadas en el perímetro que ocupó el viejo Bayamo antes del incendio de 1869, según se demarca en los planos antiguos de la ciudad.
Los inmuebles comprendidos en esta zona y señalados en el artículo I no podrán ser destruidos ni despiadados, ni aún en parte, ni ser reparados, restaurados ni modificados si la Junta Nacional de Arqueología y Etnología no ha dado su consentimiento. Sólo entonces los trabajos autorizados por la Junta deberán efectuarse bajo la inspección de la misma,
Los edificios que se construyan de nueva planta o los que se reconstruyan, adosados o en las cercanías de los monumentos nacionales que se relacionan en el artículo I, o en los distintos frentes del parque de la Revolución, deberán conservar una servidumbre de estilo o de armonía arquitectónica con el empleo de los elementos y motivos propios de la arquitectura regional de Bayamo, y no dañar o afectar a los inmuebles monumentos nacionales y a los conjuntos históricos. En ambos casos tanto los edificios que se construyan, sus proyectos de obras deberán ser aprobados por la Junta Nacional de Arqueología y Etnología antes de la expedición de la correspondiente licencia de fabricación.
La declaratoria de monumentos nacionales de los lugares o monumentos naturales de la ciudad de Bayamo lleva aparejada la prohibición de modificar el estado actual o el aspecto de los mismos, ya sean éstos de propiedad particular, del Estado o del Municipio o de alguna otra persona jurídica.
Quedan terminantemente prohibidas las obras que dañen, afeen o pongan el peligro de destrucción los lugares declarados monumentos nacionales. Los anuncios y reclamos quedan prohibidos sobre los sitios y lugares clasificados y sus zonas limítrofes.
La Junta Nacional de Arqueología y Etnología deberá hacer constar en el Registro de Monumentos Nacionales que lleve, el historial y los planos, maquetas, fotografías y demás detalles de los inmuebles, conjuntos y lugares de la ciudad de Bayamo declarados monumentos nacionales. Asimismo la Junta hará constar en dichos Registro una relación general detallada de los objetos y mobiliarios pertenecientes a dichos monumentos, y notificará dicha relación a los propietarios de inmuebles de que se trata y a las autoridades que lo tengan a su cuidado.
Cualquier inmueble o mueble de dominio o conjunto de la ciudad de Bayamo que haya sido declarado monumento nacional seguirá dependiendo del Ministerio o autoridad a cuyos servicios y cuidados esté, pero bajo la vigilancia e inspección de la Junta Nacional de Arqueología y Etnología y de sus delegados. Los inmuebles y muebles declarados monumentos nacionales y pertenecientes a la propiedad privada igualmente quedarán bajo la dependencia y cuidado de sus dueños, sean estos personas naturales o jurídicas, pero sujetos a la vigilancia e inspección de la Junta Nacional de Arqueología y Etnología y a las condiciones establecidas por este decreto y por los decretos 3.630, de 25 de noviembre de 1942, y 1.932, de 16 de junio de 1944.
Invitado por el Círculo de la Prensa de Bayamo para ofrecer, el 12 de enero del presente año, en los salones de la Sociedad Liceo Elpidio Estrada, una conferencia en el acto conmemorativo del 76º aniversario del incendio de los patriotas revolucionarios del 68 de dicha gloriosa ciudad, tuve ocasión de visitar, en compañía de mis apreciados amigos y entusiastas defensores de las reliquias históricas bayamesas, doctor Blas Domínguez  y señor Miguel R. del Risco Álvarez, todos aquellos lugares de la población poseedores de inapreciable valor histórico, comprobando que, desgraciadamente, se encuentran en el más lamentable estado de abandono y destrucción. Del Cementerio Viejo han desaparecido todas las tumbas de los próceres bayameses cuyos restos se conservaban allí, la tapia que lo circundaba ya no existe y la portada amenaza inminente desplome; muchas de las casas en que nacieron los patriotas de la Guerra Grande se encuentran arruinadas; el lugar donde penetraron las tropas libertadoras, una de las barrancas que dan al río, ha sido borrado con la construcción de varios edificios…
Esperamos que los bayameses de ahora en lo adelante impidan que desaparezcan totalmente las reliquias históricas que aún se conservan de su heroica e inmortal ciudad.      

Fuente: Revista Carteles. Año 36, No. 15, pág. 38.

 
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El Centro Histórico Urbano de Bayamo: patrimonio nacional a conservar

Alfonso Carulla Figueredo

 

El Centro Histórico Urbano de Bayamo (CHUB) está conformado, en una parte significativa, por una arquitectura y un urbanismo con valores culturales y ambientales de amplio significado para la memoria colectiva del territorio y la Nación, pues sería imposible escribir la Historia de Cuba sin mencionar a la ciudad Monumento Nacional.
Por ser lugar memorable constituye un patrimonio a conservar para las presentes y futuras generaciones. Entre los valiosos edificios y sitios de interés que atesora se encuentran el Museo Casa Natal de Carlos Manuel de Céspedes; la Plaza del Himno, donde se cantó por primera vez el glorioso Himno de Bayamo devenido Himno Nacional y el Paseo en la calle General García, de visita obligada para todos los que llegan al territorio.
El centro histórico urbano está considerado como “el conjunto formado por las construcciones, espacios públicos y privados, calles, plazas y las particularidades geográficas o topográficas que lo conforman y ambientan y que en un determinado momento histórico tuvo una clara fisionomía unitaria, expresión de una comunidad social, individualizada y organizada.” 1
Su conservación permite salvaguardar el legado cultural, arquitectónico y urbanístico, garantizar su continuidad en el tiempo mediante una sostenida recuperación, preservar e incrementar los valores de los inmueble y su correcta adecuación a las necesidades sociales, a través de un conjunto de medidas técnicas, legislativas, financieras, fiscales y educativas. El mantenimiento es efectivo si se utilizan formas o categorías de intervención, tanto en el patrimonio existente como en la nueva arquitectura o urbanismo que sea preciso incorporar, con vista a permitir un desarrollo coherente.
El CHUB se caracteriza por la herencia de períodos anteriores con un patrón ortogonal y semirregular, un sistema compacto y denso de manzanas cerradas con piso, edificaciones de cinco metros altura aproximadamente, calles de ancho variable pero generalmente estrechas que corren en dirección norte-sur con alguna inclinación al oeste y otras con dirección este-oeste con alguna inclinación al sur.
Además se aprecian edificios con los estilos: colonial, art decó, neocolonial, protorracionalista, racionalista y posmodernista.

Colonial
Generalmente es uniplanta, (por los terremotos) y se reconocen con cinco tipos de ellas; casa con patio, acceso a nivel del terreno llano o de uno a tres escalones, fachada predominantemente simple rematada con cornisa de sección curva recta o escalonada. Esquema de puertas y ventanas españolas hasta el suelo, con clavos y protegidas por rejas; además el uso de guardapolvos y pretil minoritario correspondiente al neoclásico.

Eclecticismo
Siglo XX cuando más hasta 1936, estilo desarrollado solamente en el centro; respeto a las Ordenanzas de Construcción, tipología de casa con patio, no existen grandes diferencias entre los ejemplares de  mayor y menor categoría por las características locales.

Art decó
Formas simples, paños trabajados con entrantes y salientes, pináculos; decoración simple y con pocos arabescos; se consolida la coherencia y la homogeneidad en la trama urbana, se introducen mejoras tecnológicas, nuevos materiales y componentes como los artefactos sanitarios y los equipos de cocina. Tipológicamente se mantiene la casa con patio.

Neocolonial
Corredores al frente; uso de arcos de medio punto, escudos, copas y molduras; puertas españolas, clavos y vitrales, elementos de la colonia. Se mantiene la tipología de la casa con patio, ruptura con la legislación urbanística, no alinea su fachada con lo existente, fuerza expresiva y elementos identitarios.

Protorracionalismo
Mantiene el uso del patio con arreglo funcionalista pero con menores dimensiones; tendencia a la horizontalidad; paños de carpintería apaisados; balcones, aleros y marquesinas de hormigón armado. Aparecen toldos de protección solar, racionalización de las medidas en relación con la escala humana, aplicación de postulados del movimiento moderno, estilo considerado de tránsito a la modernidad y significativo en el contexto del CHU

Racionalismo
Consolidación de planteamientos del movimiento moderno, se mantiene el uso del patio  y  un sistema compositivo basado en estructuras axiales. Empleo de la línea recta, las aristas vivas y formas geométricas puras en los volúmenes. Techos planos y balcones, aleros, marquesinas de hormigón armado más audaces. Empleo de ventanas miamis en amplios paños apaisados en madera, aluminio y cristal. Enchapes ocasionales de mármol.

Postmodernismo
Mimetismo. Reinterpretación de códigos anteriores. Integración a las preexistencias. Altos valores formales y escaso número de ejemplares.

Por lo general en la arquitectura en el Centro Histórico Urbano de Bayamo se manifiestan el régimen de medianerías y la casa de patio, tipología que proviene de la casa andaluza. También, materiales y técnicas constructivas adaptadas a las condiciones climáticas de Cuba. Se encuentran todos los estilos de los siglos anteriores, con valores históricos, arquitectónicos, ambientales, artísticos y de antigüedad. A pesar de los cambios a los que ha sido sometido debido a las acciones del hombre y la naturaleza, este patrimonio tangible debe mantenerse como parte importante de la historia, tradición e identidad del bayamés y su ciudad.

1Ley 2. De Los Monumentos Nacionales y Locales, 1977, Art. 1.
 
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Monumento de una Nación

Mónica María Ramírez Aguilar
 

Hace 80 años se declaró a la Ciudad de los Coches como Monumento Nacional, un título que amerita más atención que la de convertirlo en una abreviatura colocada al momento de redactar las fechas. Pues una vez en la escuela y al dar los primeros pasos en la escritura, las maestras enseñan que luego de poner Bayamo se agrega M.N.
Sin embargo, esa condición se obtuvo por la historia, tradiciones, cultura e idiosincrasia de una tierra formada por aborígenes, españoles y africanos, que durante el proceso de transculturación, concepto ideado por el antropólogo cubano Fernando Ortiz, aportaron al territorio particularidades que se hicieron características del bayamés.
Es así como en una ciudad maltratada y conservada por el tiempo, perduran leyendas como esa de la cruz verde, madero al cual se le rindió culto hasta hace unas décadas; también los personajes propios del folklore, quienes eran conocidos por sus apodos de: Rita la caimana, Paco pila, chicho el cojo o el mono pasú, renombre por el cual se le conocía a Blas Elías quien fue alcalde de la ciudad en la década de los años 50; o las rosquitas que aún se venden en una esquina de la Plaza de la Revolución conocida popularmente como Parque Céspedes.
Bautizada con nombre aruhaco y europeo vio dar a luz a hombres que luego se convirtieron en figuras ilustres de Cuba, menciónese a Carlos Manuel de Céspedes, Francisco Vicente Aguilera, José Antonio Saco; y otras que se relacionan con el mundo del arte tales como: los músicos Manuel Muñoz Cedeño, Sindo Garay o el escritor Juan Clemente Zenea.
En Bayamo se bailó cancán baile rápido, vivaz y escandaloso; se cantó La Bayamesa, considerada la primer canción romántica de Cuba; tuvo coros de calidad inigualable y ejemplo de ello es la Coral de Bayamo con distinguido repertorio y conformado a siete voces; alcanzó la peculiaridad de que por sus calles caminan las mujeres más lindas del país, dicho por caballeros de varias épocas.
A la también conocida como “Tea Incendiaria” la distingue su paseo General García, el helado y la amabilidad de sus pobladores; también los coches ideales para pasear y en ocasiones, salvadores del transporte público. Es notable la limpieza de sus calles, la cantidad de monumentos y la motivación que despiertan sus fiestas populares.
Colonizada, quemada, libre, cuidada, odiada y amada. Trata de avanzar al mismo paso de las almas jóvenes que la rodean, habitan y defienden. Se empeña en ser conservada, mantenida, visitada y sobre todo, Bayamo aspira a que su título más importante, el que se escribe con abreviatura en las fechas, sea respetado con la conciencia y las acciones de quienes aún creen ella.

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Boletín Acento . Oficina del Historiador
Bayamo M.N., Cuba. 2015
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